En casa convivo con una persona apasionada por las plantas y, a pesar del cuidado y la dedicación que les dedica, hay un problema que se repite con frecuencia: las puntas de las hojas se vuelven marrones. Es el primer síntoma de que la planta no está tratada de forma correcta.
Este inconveniente ocurre de forma periódica, pero se intensifica especialmente en verano, cuando las temperaturas dentro de casa aumentan y, además, solemos ausentarnos durante varios días, lo que afecta directamente a la frecuencia del riego. Ante esta situación, lo primero que pensamos fue que se trataba de una simple falta de agua, pero para salir de dudas decidimos acudir a un vivero y consultar con un experto en jardinería. De hecho, lo que nos dijo es lo que ya habíamos visto buscando en Internet.
Pese a los cuidados constantes que mi pareja les dedica, el problema persiste. ¿Estábamos haciendo algo mal? ¿Era solo cuestión de riego? Lo cierto es que este síntoma puede deberse a múltiples factores, y estos son algunos de los más comunes según los profesionales.
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Riego inadecuado
¿Sabías que las plantas también pueden sufrir estrés? Yo no lo sabía, y por eso me sorprendió cuando me explicaron que una de las posibles causas de que las puntas de las hojas se tornen marrones es precisamente el estrés hídrico, es decir, la falta de agua.
Aunque esta es la razón más habitual, me advirtieron algo importante: no siempre se debe a un riego insuficiente.
A veces, el verdadero problema está en un sustrato inadecuado, que no permite a las raíces absorber correctamente la humedad. Si la tierra está demasiado seca, conviene aumentar ligeramente la frecuencia de riego, sin llegar a encharcar. En cambio, si el drenaje es excesivo, lo ideal es mejorar el sustrato añadiendo turba, humus de lombriz o, si no tienes, incorporar vermiculita y perlita para ayudar a retener la humedad.
Además, es esencial ajustar el riego según el tipo de planta, el clima y la estación del año. No todas las especies necesitan la misma cantidad de agua, y ese pequeño detalle puede marcar la diferencia entre una planta sana y otra que sufra.
Demasiada agua
El exceso de agua tampoco es beneficioso y, de hecho, es una de las causas más habituales por las que se secan las puntas de las hojas. Como cuentan en Singular Green, un riego excesivo puede provocar que se pudran las raíces, lo que impide que absorban correctamente la humedad.
Cuando una planta está “ahogada”, es fundamental podar las raíces dañadas y mejorar el drenaje del sustrato. Para ello, se recomienda trasplantarla a una mezcla equilibrada de turba, fibra de coco y humus de lombriz, que permite retener la humedad adecuada sin riesgo de encharcamiento.
Corrientes de aire

La verdad es que ninguno de estos dos motivos parecía ser la causa del problema, y por eso me sorprendió aún más otro de los factores que nos comentó, algo que, de hecho, ya había leído investigando en Internet. Por ejemplo desde Ecología Verde apuntan a las corrientes de aire como una posible causa.
Al igual que ocurre con el riego, no todas las plantas están adaptadas a las mismas condiciones ambientales. Algunas necesitan ventilación, mientras que otras no toleran las corrientes de aire. Si las hojas se tornan marrones, este podría ser el motivo.
Del mismo modo, en verano es importante tener cuidado con el aire que proviene directamente del aire acondicionado. Si la planta está expuesta de forma constante a esa corriente fría, puede verse afectada, siendo las puntas de las hojas las primeras en secarse como señal de estrés.
Cuidado con la luz del sol directa
En PurPlant además advierten que otro problema habitual qué puede provocar que las puntas de las hojas se sequen está relacionado con una exposición inadecuada al sol. Es lo que vendría a ser como una especie de golpe de calor.
La solución, en este caso, consiste en trasladar la planta a un lugar más protegido, lejos de corrientes de aire directas y sin que esté en contacto directo con las paredes.
Falta de humedad

Además, desde la cuenta de TikTok especializada en plantas HuertaForestal explican que la falta de humedad es otro de los factores que puede provocar que las puntas de las hojas se sequen. En estos casos, utilizar un humidificador en interiores puede ser una excelente solución.
Demasiado fertilizante
Otra de las posibles causas puede ser el abonar en exceso o utilizar productos inadecuados puede saturar el suelo de sales, dañando poco a poco los extremos de las hojas.
Si es tu situación, aplica los fertilizantes siguiendo siempre las instrucciones del fabricante. Y si es posible, realiza un análisis del suelo para saber si es necesario corregir algún desequilibrio.
Cuida también el pH del sustrato ya que un suelo demasiado ácido o alcalino impide que las raíces absorban correctamente los nutrientes, lo que puede reflejarse en un deterioro visible
Como regar de forma correcta en verano

En una época especialmente delicada como el verano, cuando muchas personas se ausentan de casa, garantizar el cuidado de las plantas —y, en particular, que no les falte agua— es un reto que puede resolverse fácilmente con algunos métodos sencillos y eficaces.
Si vas a ausentarte de casa durante el verano, una opción sencilla y efectiva es utilizar sistemas de riego por capilaridad. Puedes colocar las macetas sobre una toalla o alfombra húmeda o usar cordones de algodón (como los de una zapatilla) conectando un recipiente con agua a la tierra de la planta. El agua subirá poco a poco por el cordón, manteniendo el sustrato hidratado. Otra solución casera es enterrar una botella de plástico llena de agua, boca abajo y con pequeños agujeros en el tapón, para que el líquido se libere de forma gradual.
También existen soluciones que se pueden encontrar fácilmente en tiendas como los conos de arcilla o los geles de riego, que permiten liberar agua lentamente durante varios días.
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Para ausencias más largas, puedes instalar un sistema de riego automático con temporizador conectado a un depósito o al grifo, ideal si tienes varias plantas.
Sea cual sea el método, es recomendable agrupar las plantas en una zona fresca y con luz indirecta (nosotros lo hacemos en la terraza interior), para reducir la evaporación y ayudar a que conserven mejor la humedad.
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